Noticia17/03/2025

Lugares que cultivan la esperanza

En 1986, Cáritas Diocesana de Zamora promueve la creación de un centro específico para afrontar el problema de la adicción a las drogas en Zamora, así nace Proyecto Hombre.

En 1986, Cáritas Diocesana de Zamora de la mano de su entonces director Domingo Dacosta promueve la creación de un centro específico para afrontar el problema de la adicción a las drogas en Zamora, así nace Proyecto Hombre.

El programa de adicciones de Cáritas Diocesana de Zamora abarca la intervención desde la prevención en edades tempranas que da respuesta a consumos esporádicos o iniciales y el tratamiento ambulatorio y comunidades terapéuticas cuando el uso de sustancias y alcohol pasa a convertirse en un abuso.

El CAD (Centro de Atención al Drogodependiente) es, como M.ª Jesús Sánchez, su directora, apunta “la puerta de entrada en las comunidades terapéuticas”. Este centro ambulatorio evalúa las necesidades del paciente y valora si su situación es adecuada para el ingreso en una de las comunidades terapéuticas, que Cáritas gestiona en la Diócesis y que están adheridas a la Red de Adicciones de la Junta de Castilla y León.

Cáritas cuenta con dos comunidades una dedicada a la deshabituación del consumo de alcohol y otra al consumo de sustancias.

La primera conocida como el C.R.R.A “San Román”, situada en la finca El Chafaril en el término municipal de Peleagonzalo, tiene como finalidad ofrecer un recurso de tratamiento residencial para la deshabituación y rehabilitación del alcoholismo.

Lugares que cultivan la esperanza | Cáritas Castilla y León

Por otro lado, está Proyecto Hombre, programa residencial, libre de drogas, dinámico e integrador, en el que se realiza un tratamiento integral, para la deshabituación del consumo de sustancias. Se utiliza una metodología integradora, fomentando la inserción socio laboral de la persona, a través de un proceso individualizado.

Al frente de este centro está Nuria Martín Jiménez, que llegó a Cáritas como voluntaria en 1996 y pronto pasó a ser trabajadora de la entidad, en 1997.

No hace falta que Nuria cuente que lo suyo es vocacional, paseamos por el centro, un centro lleno de vida, y en sus palabras y expresiones podemos percibirlo.

Los residentes están inmersos en sus rutinas diarias, “esto es una comunidad que se autogestiona” apunta la directora y solo hay que abrir la puerta para comprobarlo. Los residentes trabajan por sectores, unos en cocina, otros en limpieza, otros en lavandería, mantenimiento… en todas las áreas que la propia comunidad necesita para “sobrevivir”.

En una comunidad como Proyecto Hombre resulta difícil establecer un perfil de las personas que realizan el programa. “Puede haber personas desde 18 a 60 años. El abanico de edad es muy amplio”, aunque sí concreta que llegan más hombres que mujeres.

Para saber qué sustancias son las más consumidas Mª Jesús, directora del CAD y coordinadora de centros y programas de Cáritas, afirma que la puerta de entrada a cualquier adicción es “los porros y el alcohol”, pasando luego a otros consumos como la cocaína, speed o ketamina. La heroína, como comenta Sánchez, “se está volviendo a colar entre ellas, aunque en Zamora no es la más consumida”.

Marta Carpintero, psicóloga del centro, da cuenta de las fases por las que pasan los residentes dentro de la comunidad.

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FASES

1ª Fase Residencial. Es una fase adaptativa que tiene una duración de un mes y medio. Los primeros quince días son de estabilización y el siguiente mes de asentamiento en cuanto a normas, responsabilidad o trabajo.

2ª Fase Residencial. Esa fase tiene una duración de cinco meses. En este tiempo se hace una revisión histórica (tratar la situación pasada y presente), se trabaja a nivel emocional y cognitivo.

3ª Fase Reinserción (Residencial y Ambulatoria). Esta fase tiene una duración de dos meses en el periodo residencial y, posteriormente trabajar ambulatoriamente objetivos de inserción socio-laboral, con una duración indeterminada en función de las necesidades del usuario.

Los usuarios del centro siguen un protocolo con grupos terapéuticos diarios, entrevistas individuales, ejercicio de la autoayuda, tareas y trabajos en la comunidad, seminarios y asambleas tanto para los residentes como para sus familiares, donde se tratan aspectos generales de la comunidad, su funcionamiento, formación e información general, cursos de formación académica y laboral, actividades de tiempo libre y análisis de sustancias tóxicas como medio de control de consumo de drogas y como método también de autocontrol por parte del usuario.

El ámbito familiar constituye un pilar fundamental para lograr los objetivos marcados con los residentes y, al igual que respetan unas normas de convivencia dentro del centro, es aconsejable que las familias continúen esta buena práctica estableciendo unas normas para el seguimiento de los usuarios cuando éstos salen de fin de semana, como por ejemplo estar acompañado por las personas autorizadas por el Programa, evitar actitudes y ambientes de riesgo, no tener dinero ni acceso al de otras personas ni acudir a ambientes donde pueda haber alcohol o drogas.

Proyecto Hombre es un “buque insignia” en la ayuda a drogodependientes en la ciudad de Zamora. A través de este centro, Cáritas da respuesta a numerosas personas y familias que viven sumergidas en la vorágine de una lacra, la droga, que ha destrozado a millones de familias, ante la cual no parece haber erradicación posible y que tiende a su permanencia y evolución en el tiempo.

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TESTIMONIOS

Los testimonios de las personas que se encuentran inmersas en el programa de rehabilitación de Proyecto Hombre, sobrecogen y emocionan y, la bondad de sus trabajadores, hacen creer en las personas, en la ayuda dada desinteresadamente, con una voluntad sincera que nace del corazón.

Sus historias están plagadas de luchas internas, miedos y una oscuridad que les impide ver la salida. Precisamente para alumbrar esa salida está la comunidad terapéutica, enseñándoles un camino nuevo, a tomar las riendas de sus vidas, siendo ellos, como no podía ser de otra manera, los protagonistas de su propio cambio.